Adolescencia y autoestima en la era digital

Adolescencia y autoestima en la era digital

Adolescencia y autoestima en la era digital:

La adolescencia, etapa que trasciende a una meramente cronológica, la podría representar como un proceso de transformación y crecimiento que implica lo individual y lo colectivo, lo singular y lo cultural. 

En la actualidad, la salud mental en los adolescentes ha comenzado a ganar relevancia y generar preocupación, debido al aumento de casos de ansiedad, depresión y trastornos del comportamiento. 

Factores como las redes sociales, la incertidumbre sobre el futuro y la pandemia han contribuido significativamente a este incremento.

Uno de los grandes desafíos que encontramos, además de los cambios y retos propios de la adolescencia que enfrentan los padres, se suma el aumento de la brecha generacional.

Las redes sociales y la tecnología ocupan un lugar central en la dinámica de los adolescentes y en su forma de vincularse a través de estas, dejando a los adultos en un plano absolutamente distante y desconocido. En esta etapa, caracterizada por la búsqueda de identidad y la construcción de la autoestima, los jóvenes se encuentran rodeados de adultos abolidos y cansados sumergidos en un mundo veloz. 

El papel de las redes sociales

Las redes sociales, diseñadas para conectar a las personas, pueden convertirse en un arma de doble filo. Por un lado, permiten la socialización y la expresión emocional, pero, por otro, exponen a los jóvenes a presiones sociales y comparaciones constantes que pueden minar su confianza. 

Los adolescentes suelen sentir la necesidad de proyectar una imagen idealizada, lo que puede resultar en ansiedad y problemas de autoestima. La búsqueda de “me gusta”, comentarios positivos y seguidores se convierte en una fuente de validación personal, alimentando sentimientos de insuficiencia y una percepción distorsionada de sí mismos.

Una de nuestras mayores preocupaciones es el impacto que estas plataformas tienen sobre la autoestima de los adolescentes. Las redes fomentan una cultura de la perfección, presentando cuerpos ideales y vidas perfectas, a menudo distorsionadas por filtros. Esta exposición constante puede incrementar el riesgo de trastornos de ansiedad y depresión.

Me encuentro muy habitualmente con padres que no se les ocurre las situaciones a las que están expuestos los jóvenes a través de sus dispositivos móviles. En talleres que realizó con adolescentes les pido que miren en sus celulares el tiempo de uso de pantalla, y estos siempre están entre 4 y 8 horas diarias. En muchos casos, estan  más tiempo expuestos a sus dispositivos que a los docentes y padres, lo que nos lleva a la necesidad de tomar consciencia de que la tecnología está tomando un rol como educadora y formadora de la manera de pensar y actuar de los adolescentes hoy en día.

La cultura de la urgencia

Vivimos en una cultura de la urgencia, lo instantáneo y lo ilimitado, lo que genera en los jóvenes un mayor “pasaje al acto” y “pasaje al cuerpo” manifestadas como agresiones, trastornos de alimentación, adicciones, cortes, etc. Esta cultura digital idealizada, donde se comparten solo los mejores momentos y logros, puede generar en los adolescentes sentimientos de inferioridad y una percepción distorsionada de sí mismos, al comparar su vida "real" con la "perfecta" de otros.

A veces me cuestiono si, en esta cultura tan digital, no estaremos perdiendo nuestra parte más humana. Al intentar parecernos cada vez más a lo perfecto, a lo liso y a lo que es correcto, tendemos a perder lo que nos hace tan únicos, tan naturales y tan humanos, nuestra propia esencia y autenticidad. 

Hay una frase que me gusta repetir: “pongamos de moda otra cosa”, pongamos de moda mostrarnos vulnerables, mostrarnos cansados, equivocarnos, reírnos a carcajadas, llorar sin consuelo y pedir ayuda. Mostrarnos más en la vida real y conectarnos desde un abraso, un dialogo una mirada.. 

El rol de los adultos

Como primeros educadores, los padres desempeñan un papel crucial en la formación de la autoestima de los hijos. Al brindar un ambiente familiar seguro y afectuoso, los ayudamos a desarrollar una confianza en sí mismos que les será invaluable durante la adolescencia.

La adolescencia, etapa de grandes cambios, y el rol de los padres debe adaptarse a estas nuevas dinámicas y nuevos desafíos de la edad, por ejemplo reconocer que ellos necesitan cada vez más autonomía y confianza en sí mismos..

Acompañar a un adolescente implica estar presentes y atentos, aunque no siempre lo soliciten abiertamente. 

En lugar de imponer nuestras opiniones, es más efectivo fomentar un diálogo abierto y respetuoso, al hacer preguntas y escuchar activamente, demostramos interés genuino por sus sentimientos y pensamientos, en lugar de imponer reglas, podemos establecer límites claros y negociar acuerdos. 

Al mostrar flexibilidad y comprensión, demostramos respeto por sus opiniones y los motivamos a tomar decisiones responsables. La comunicación abierta y empática es clave para construir una relación de confianza y apoyo mutuo.

 

Lic. psicología Agustina Pérez Gomar 

Especialista en niños y adolescentes 

Ing: @agustinaperezgomar 

www.agustinaperezgomar.com

 

 

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